10 consejos para disfrutar del vino en Navidad
Se acercan las fechas navideñas, y con ellas llega el momento de cerrar otro año reuniéndonos con nuestros seres queridos, familia y amigos para compartir tiempo de calidad, risas y recuerdos entrañables en torno a una buena mesa. De este modo, la mesa navideña se convierte en un símbolo de unión, donde los aromas de los platos preparados con el mejor de los ingredientes (el cariño) y el vino contribuyen a crear ese ambiente cálido y acogedor que caracteriza las comidas y cenas de estas fechas.
En Bodegas Enrique Mendoza hemos querido preparar para vosotros este humilde regalo de Navidad: una guía con consejos prácticos y respuestas a los dilemas más recurrentes que se presentan en torno al vino y su degustación durante estas fechas tan especiales.
1. Qué vino elegir para sorprender a tus invitados
Primera pregunta: ¿Qué vino compro? La elección del vino es un factor determinante a la hora de sorprender a los invitados y de conseguir un maridaje idóneo con los platos que compondrán el menú navideño.
Lejos de abrumarte con lecciones sobre maridajes (tema sobre el que puedes descubrir infinidad de combinaciones leyendo nuestro post sobre nuestras sugerencias de maridaje), a continuación, te recomendamos los mejores vinos de nuestra bodega para que, en función de los gustos de los comensales, tu menú o presupuesto, elijas el que mejor se adapta a ti:
- Vino blanco: Si sirves platos de pescado, aves o ensaladas, un buen vino blanco es la mejor opción. Nuestro EM Chardonnay (joven o fermentado en barrica) o EM La Tremenda Blanco son una apuesta segura para abrir vuestra comida o cena navideña.
- Vino tinto: La armonía y elegancia de nuestros EM Las Quebradas, EM Santa Rosa o EM Estrecho potenciarán al máximo nivel los sabores de vuestros platos de carne roja, cerdo o cordero. Por otro lado, si preferís un vino más versátil, os aconsejamos probar nuestro EM Finca Xaconero.
- Vino Rosado: Para aquellos que prefieren la frescura y ligereza de un rosado, no dudes en elegir nuestro EM Rosado Monastrell para alegrar vuestra reunión.
- Vino dulce: Por supuesto, ¡no podemos olvidar el postre! Ese momento en el que, ya con el estómago lleno, empezamos a contar las primeras anécdotas, a soltar los primeros chistes, a brindar por la salud para el año que entra y, sobre todo, a recordar con cariño a los que ya no nos acompañan en la mesa… Para endulzar este momento tan especial, nada mejor que nuestros EM Moscatel de la Marina y EM Dolç Mendoza.
En nuestra tienda online puedes encontrarlos a un precio muy competitivo y recibirlos cómodamente en casa.
2. Cuántas botellas de vino comprar
Segunda pregunta: ¿Cuántas botellas de vino compro? Por supuesto, nadie quiere quedarse corto de vino en mitad de la comida o cena y tener que excusarse ante sus invitados…
En estos eventos, la bebida es importante, pero hay que tener en cuenta que, por norma general, se servirán distintos vinos durante la comida o cena. De forma general, el cálculo es comprar una botella de cada tipo para cada cuatro personas, si durante la comida o cena se van a servir un vino blanco, seguido de uno tinto, y se va a cerrar la velada con un vino dulce o un espumoso. Si tu idea es añadir algún vino más al menú, lo ideal sería reducir esta proporción y dejarla en una botella para cada 6 comensales.
Sin embargo, este cálculo puede variar en función de numerosos factores: la duración del evento, los platos que componen el menú, las preferencias personales de tus invitados, el número de comensales que no beben vino, etc.
3. Vino a la temperatura idónea
Siguiente pregunta: ¿A qué temperatura sirvo el vino? La respuesta es sencilla y la encontrarás en numerosas webs especializadas, blogs enológicos, e incluso en las etiquetas de muchas botellas. Por lo general, es recomendable servir el vino tinto entre 16-18 °C, mientras que el vino blanco y el espumoso se sirven mejor entre 6-8 °C. Para los rosados, la temperatura ideal suele estar en el rango entre 6-10 ºC.
Sin embargo, en estas fechas suelen surgir otras preguntas en relación con la temperatura del vino. Y es que, con las neveras normalmente a tope, meter varias botellas de vino en el frigorífico suele ser bastante engorroso… Entonces, ¿cómo enfrío el vino para servirlo a la temperatura ideal? ¿Y si, por un casual, varía el número de comensales y tengo que enfriar un par de botellas rápidamente?
Nuestro consejo es aprovechar los exteriores de la vivienda (patio, terraza, …) teniendo en cuenta las temperaturas exteriores, o usar un cubo con agua fría, hielo y un buen puñado de sal para sumergir la botella completa. De esta forma, el frío se distribuirá uniformemente por todo el líquido y conseguirás enfriar tu botella en unos 15 minutos. El congelador también es una buena opción, y mucho más cómoda en nuestra opinión. Envuelve tu botella en papel húmedo antes de meterla y en tan sólo 10 minutos tendrás tu vino frío y listo para servir.
4. Cuándo servir el vino
Algunas de las preguntas más recurrentes: ¿Cuándo empiezo a abrir las botellas? ¿Dejo respirar el vino? ¿Decanto o no?
Airear el vino, acción que comúnmente conocemos como “dejar que respire”, consiste en exponer el vino al oxígeno durante un período determinado de tiempo antes de beberlo. Este detalle permite que los aromas del vino se liberen, algo que es especialmente recomendable en casos en los que las botellas han estado guardadas durante bastante tiempo, pudiendo encontrarnos entonces, con un vino inexpresivo. En estos casos hablamos de un vino “cerrado”.
La oxigenación del vino se puede conseguir de dos formas: decantando, es decir, vertiendo el vino en un recipiente denominado decantador, que facilita una oxigenación intensa durante el proceso de caída del líquido en el amplio recipiente de cristal; o simplemente abriendo la botella, método que obviamente supone una oxigenación más lenta.
Nuestro consejo práctico para estas comidas o cenas en las que, como anfitrión, tendrás mil cosas en la cabeza, es que abras directamente las botellas en la mesa. Puede darse el caso de que los vinos tintos robustos estén “cerrados” y necesiten oxigenación. En este caso, te recomendamos tener a mano un decantador que te ayude a oxigenarlo.
5. Elegir las copas ideales
Llegamos a la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las copas ideales para servir el vino?
En este caso, si ya contáis con suficientes copas en vuestra vajilla, nuestro consejo es que no dediquéis demasiado tiempo ni esfuerzo a este detalle. Lo importante es que las copas estén limpias, carentes de olores (muy habituales tras un largo tiempo en un estante de madera) y listas para brindar por los mejores deseos durante la velada.
Sin embargo, si quieres aprovechar la organización de esta comida o cena navideña para renovar tu vajilla, los más puristas, te recomendarían las siguientes copas para los distintos tipos de vinos:
- Vino tinto: Copas con un tazón más grande y abertura más amplia para permitir que el vino respire y que los aromas se liberen.
- Vino blanco: Copas con un tazón más pequeño y abertura más estrecha para preservar la frescura y concentrar los aromas.
- Vino espumoso: Copas tipo flauta o copas con una forma más estrecha para conservar las burbujas y resaltar los sabores.
- Vino dulce: Copas más pequeñas, ya que se sirven en porciones más reducidas.
Aunque sinceramente, nosotros preferios la versatilidad que nos da una copa tipo burdeos. Nuestra elección que nunca falla: Riedel, perfecta para cualquier vino tranquilo, generoso, espumoso o dulce.
6. ¡Cuidado con el corcho!
No, no nos referimos a la trayectoria que tome el corcho de tus espumosos durante la velada; sino a una pregunta que todos los aficionados al vino nos hemos hecho en algún momento: ¿Y si se rompe el corcho?
La primera reacción, seamos honestos, es entrar un poco en pánico… Y más en estas fechas, para las que probablemente llevemos un tiempo reservando una botella especial. Pero, superado el susto inicial, ¡hay que ponerle solución!
En estos casos, un sacacorchos de láminas será tu mejor aliado para, poco a poco y suavemente, sacar el corcho atascado en el cuello de la botella. Aunque, si sólo dispones de un sacacorchos común, te damos dos opciones: por un lado, puedes intentar retirar la parte del corcho que está bloqueada con otro sacacorchos, girándolo con cuidado y tirando del corcho de una sola vez, en lugar de seguir girando. Si esto no funciona, entonces no queda otra que empujar el corcho y dejarlo caer dentro de la botella…
Aunque no es el escenario ideal, ¡no todo está perdido! Lo importante en este momento es utilizar un colador de malla para filtrar el vino y eliminar las partículas de corcho. Si hay algunas partículas tan finas como para pasar por el colador, puedes solucionarlo utilizando un paño muy fino sobre un embudo y filtrando así de nuevo.
7. Qué hacer si no termináis la botella
Sabemos que este consejo os va a ser muy útil, no sólo para Navidad, sino para cualquier velada en la que se termina la comida, pero no el vino. Una vez más, la solución va a depender del tipo de vino.
En el caso de los blancos o rosados, nuestro consejo es guardar las botellas abiertas como máximo 2 días en la nevera, para que mantengan sus aromas y matices. También en la nevera os recomendamos mantener los vinos tintos abiertos. Aunque su temperatura bajará de la idónea para su consumo, el frío es el mejor aliado para conservarlos porque evita su oxidación. Nuestro consejo es consumir tu vino tinto en los 3 días siguientes a abrir la botella.
Por último, los vinos espumosos son un caso algo especial. El tiempo durante el que se pueden conservar una vez abiertos depende de lo que tarden en perder su efervescencia. En resumen, si hay burbujas, hay alegría. Nuestro consejo para cerrarlos correctamente es usar un tapón de espumosos.
8. Manchas de vino… ¡Que no cunda el pánico!
En estas fechas tan especiales, no queremos que nada arruine nuestra velada. Pero estamos seguros de que todos recordaréis alguna anécdota navideña en la que el derrame de un poco de vino ha acabado con el modelito de algún comensal teñido de un reconocible color burdeos…
Lo primero para manejar esta situación es actuar con calma. ¡Es una mancha de vino, nada que no se pueda solucionar! Nuestro mejor consejo es, una vez que la mancha se haya secado, tratarla empleando alguno de los innumerables remedios caseros para estos casos: agua fría o con gas, sal, o incluso, si es posible, aplicar algún quitamanchas suave sobre el tejido.
Eso sí, nuestra recomendación más importante en estos casos es: ¡no frotar la mancha! Esto puede empeorar la situación y extenderla aún más.
Nuestra recomendación desde la experiencia, es que: “las manchas de vino tinto salen con vino blanco”.
9. Cómo dejar sin palabras al familiar “experto” en vinos
En esto estamos todos de acuerdo: en una buena mesa navideña no puede faltar el cuñado, tío, primo… “experto” en el mundo del vino. Cierto es que muchos de vosotros podéis ser o tener muy cerca verdaderos expertos en vino. Si así es, ¡os animamos a aprender de ellos durante estas veladas y profundizar en el apasionante mundo del vino!
A continuación, os dejamos unos consejos rápidos para sorprender a vuestros allegados expertos en enología, ¡y también a los expertos en decir que son expertos!:
- Selección única de vinos: si conoces sus preferencias, puedes elegir alguno de sus vinos preferidos de forma exclusiva para él. Otra interesante opción puede ser sorprenderle con un singular vino local, del entorno, que en muchos casos son desconocidos.
- Una gran historia detrás de un gran vino: investiga sobre la historia detrás de alguno de los vinos que sirvas, como por ejemplo Santa Rosa, un vino inspirado en el amor de una madre.
- Cata a ciegas: organiza una pequeña cata a ciegas en la que todos los comensales participen y pongan a prueba sus habilidades de degustación, adivinando variedad, región, etc.
- Copas personalizadas: aprovechando el amigo invisible, Papá Noel o los Reyes Magos, regala unas copas de vino personalizadas y anímales a estrenarla durante la comida o cena.
10. Relájate y disfruta de tu velada
Por último, pero sin duda más importante: ¡Relájate y disfruta de la velada!
Nuestro deseo para estas fiestas es que todos los comensales, incluido el (generalmente estresado) organizador, os relajéis y podáis degustar vuestro vino favorito creando nuevos y felices recuerdos junto a vuestra gente.