Lo que no vemos ahora, pero sí notaremos dentro de 30 años

Estamos en verano, la estación perfecta para disfrutar de unas merecidas vacaciones (más merecidas que nunca), pero nosotros somos viticultores y ya sabéis que hay pocos momentos para el descanso. Por ahora nos toca esperar ya que es el momento para preparar el terreno de las nuevas plantaciones en nuestra Finca El Chaconero de Villena.

De forma general, las personas solemos prestar más atención a todas aquellas cosas que vemos antes que a las que sabemos. Y en la viticultura esto también suele ocurrir.

Nos solemos obsesionar con las orientaciones de las plantaciones, las variedades según la tendencia del mercado, los clones menos productivos, los marcos de plantación, el riego por goteo como herramienta cualitativa, las podas no agresivas, la pantalla foliar como motor fotosintético, y un largo etcétera. Pero, en un mundo donde todo gira en torno al corto plazo, no le damos la suficiente importancia a tener un viñedo longevo.

Sí, es cierto que tenemos muy interiorizado que las personas tenemos que envejecer de manera sana, pero ¿y los viñedos? ¿acaso no merecen también una vida vigorosa y robusta. Una de las principales amenazas del viñedo en edad adulta es la asfixia radicular. En un viñedo, llegado a los 30 años las parcelas sufren un retroceso biológico.

EM - Brusot
Coves de Canelobre - Autor: Carlos Ramón Bonilla

Por ello, en Bodegas Mendoza sabemos que la época estival es clave para conseguir un viñedo sano y longevo, ya que permite una mejor fractura del suelo, dejando finos canales que facilitarán una excelente penetración de las raíces. En las parcelas que tenemos en barbecho, es el momento de “topear”- Toca ahora acariciar el subsuelo con topos de 1,20 cms. Esto favorecerá el desarrollo del sistema radicular e incrementará la permeabilidad del suelo de manera que las plantas sean autosuficientes una vez hayamos hecho la plantación. Esto es cuidar de nuestras cepas incluso antes de su nacimiento.

El suelo debe tener la profundidad necesaria para que el sistema radicular de la cepa disponga de un volumen suficiente de tierra que le asegure los nutrientes y el agua para su desarrollo. Cuanto mayor sea el volumen de suelo que exploran las raíces, mayor va a ser la cantidad de nutrientes, minerales y de agua a disposición de la cepa y, consecuentemente, mejor será la salud y longevidad del viñedo. Y por supuesto también su fruto y los consiguientes vinos. Si el trabajo está bien hecho, la planta, aunque esté en secano, podrá soportar perfectamente los más de 40º C de los meses de agosto. Por el contrario, si el topeo no ha sido todo lo profundo que debiera, aún con el apoyo del riego por goteo, la vid sufrirá el temido estrés hídrico (tendrá una demanda de agua mayor que la cantidad de la que dispone) que la hará parar su fotosíntesis.

En los años de menos pluviometría, teniendo en cuenta nuestra cercana ubicación al mar Mediterráneo, es cuando mejor podemos calibrar si ha habido un buen topeo o no de las parcelas. Las raíces más superficiales sufrirán estrés hídrico y aquellas que tengan la posibilidad de desarrollar más cantidad y profundidad, vivirán más veranos y de mejor calidad.

Debido a la gran importancia que tiene realizar un buen topeo para que el futuro del viñedo sea el mejor posible, en Bodegas Mendoza y, en concreto, en nuestra Finca El Chaconero en Villena, dedicamos el verano a realizar esta labor que, aunque poco afecta a la apariencia del viñedo en el corto plazo, es clave para su buen desarrollo futuro. Porque, como dijo el afamado escritor francés Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”.

¡¡¡Felices vacaciones!!!

EM - Castell de Guadalest